Irene Carreño Barrueco 1ºA
Los científicos tienen una idea cada vez más clara sobre cómo funciona el
océano global y cuál es su estado de salud. Las conclusiones de la expedición
Malaspina, el mayor proyecto interdisciplinar de la historia sobre cambio climático y que ha sido liderado por el Consejo Superior de Investigaciones
Científicas (CSIC) ha dado como resultado la panorámica general y más completa de los océanos en el siglo XXI.
Con los datos recogidos por los científicos en su viaje a
bordo del buque Hespérides de la Armada Española por el Atlántico, Pacífico e Índico,
se comienzan a descubrir los secretos de los océanos, a analizar el impacto de la actividad humana en los
mares y el estado de su biodiversidad. Una primera conclusión es que la entrada de contaminantes se extiende más allá de las zonas costeras. Ya afecta al todo el ecosistema oceánico.
Los resultados de esta expedición han
sorprendido al equipo, que carecía de datos previos en muchos casos por la ausencia de investigaciones anteriores.
En la exploración lejos de las
zonas costeras y los grandes bancos pesqueros (zonas denominadas
"desiertos oceánicos") han descubierto que la masa de peces en las
profundidades comprendidas entre los 400 y los 700 metros es 10 veces superior a lo que se creía.
Aún más sorprendente es la posibilidad de que algunas de estas criaturas se alimenten de residuos plásticos. Esta es la hipótesis que
plantea el equipo científico para justificar la ausencia en los mares del 99%
del plástico que anualmente acaba en el mar.
Otro de los grandes descubrimientos es la
enorme y diversa cantidad de microorganismos que habitan en torno a 4.000 metros
bajo el nivel del mar. En las profundidades hay unas 50.000 células por
mililitro, de forma que una muestra de un litro tendría varios miles de especies nuevas.
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