Gracias a la ayuda del telescopio Keck I situado en lo alto del volcán Mauna Kea en Hawai se ha podido observar una nebulosa azulada, a cual podría ser parte de la malla de filamentos que conectan unas galaxias con otras.
Se ha publicado su estudio en la revista «Nature» donde detallan que la nebulosa cuenta con dos millones de años luz de tamaño.
El autor principal, Cantalupo, afirma que «se trata de un objeto muy excepcional: es enorme, por lo menos dos veces mayor que cualquier nebulosa detectada antes, y se extiende mucho más allá del entorno galáctico del cuásar.
Gracias a la luz que emite el cuásar los científicos han observado que la nebulosa de su entorno está compuesta de un gas difuso: hidrógeno, el principal componente que da lugar al nacimiento de las estrellas.
Después de obtener la imágenes, los autores creen queque puede haber más contenido en pequeños núcleos densos dentro de la red cósmica de lo que se ve en nuestros modelos, según Cantalupo. Pero Rafael Bachiller afirma que podría tratarse de una nube intergaláctica discreta que se encuentra en las proximidades del cuásar, y no necesariamente un trozo de filamento de la malla.
Procedencia de la informacion.
Yeidson Ccopa 1ºD
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